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viernes 29 de marzo de 2024 San Luis Potosí, México
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+ DIJO QUE LA MENOR «ESTABA EN MALAS MANOS» Y QUE «NO LA IBAN A ENCONTRAR», REVELA LA MADRE
+ LA MINISTERIAL NUNCA LO HA INVESTIGADO BIEN NI A ÉL NI A SU FAMILIA, AFIRMA
Solo habían pasado tres días de la desaparición de la niña Zoé, cuando el padre de ella le dijo a la mamá de la menor que ya no la buscara, que se resignara, que había consultado a una psíquica o «bruja» de Zacatecas que le «leyó la vela» y le dijo que Zoé Zuleica estaba «en malas manos», y «que no se la iban a entregar».
— Yo no creo en esas cosas, yo tengo que encontrar a mi hija…— respondió indignada Carolina Gómez Rocha, con quien el hombre procreó cuatro hijos, aunque ahora tienen ocho años viviendo separados.
— ¿A partir de cuando tu esposo no se interesó en buscar a la niña? —pregunta el reportero.
— Desde un primer momento, desde ese día que se perdió…
— ¿No ayudó a buscarla?
— Nada más daba vueltas en la camioneta, pero de ahí no se movió, la familia de él tampoco ayudó a buscarla, todos se retiraron…
— ¿Y ustedes hasta qué hora buscaron?
— Hasta las cinco de la mañana…
Al exterior del inmueble donde se realizaba una fiesta familiar, Zoé Zuleica se encontraba en una camioneta dormida.
Zoé la menor de cinco años desapareció de este lugar en la Rivas Guillén

 

Zoé Zuleica desapareció el Día de los Santos Inocentes, hace once meses, el 28 de diciembre del 2015, afuera de un salón de fiestas de la colonia Rivas Guillén Norte. Donde quiera que esté, debió cumplir seis años el pasado 15 de octubre.
Siempre se ha dicho en los medios de comunicación que la infante desapareció de una camioneta donde permanecía dormida, ya fuera porque de ahí la sustrajeron o porque ella despertó y saliendo a buscar a sus padres encontró a su plagiario o plagiarios.
Pero, ahora, en entrevista telefónica, la madre nos revela:
— En realidad a mi no me consta que haya estado en la camioneta. El último que tuvo a mi niña entre sus brazos fue su papá, y el me dijo que la había dejado en la camioneta, dormida…pero eso no me consta…
— ¿Cómo a qué hora fue esto?
— Eran como las 11 de la noche, pero como a los quince minutos le pedí yo que acercara la camioneta, para poderla ver desde donde estabamos sentados adentro del salón. Y sí la movío, y desde ese momento me extraño que la niña no despertara. Le pregunté a él: «¿no despertó?», y el me dijo que no, pero se me hizo raro porque ella era muy sensible, y despertaba con cualquier ruidito que se le hiciera.
— ¿Y luego qué pasó?
— Como a la media hora nos salimos y luego él regresó gritando que no estaba la niña…
— Me dijeron que un señor ayudó con un perro entrenado a buscar a Zoé…—le comento a Carolina.
— Era un gringo que vivía por ahí cerca (supimos por otras fuentes que cambio de domicilio) y él nos ayudó con su perro a buscarla, nos pedía una prenda de ella para que el perro captara el olor, pero en ese momento no traía yo nada, porque le había dejado puesta su chamarrita a la niña…
— ¿Y qué pasó? ¿Encontró algo el gringo?
— No, porque el perro nada más llegó a un punto y de ahí ya no se movía…pero también el señor nos dijo que él había escuchado el grito como de un niño…
— ¿Quién? ¿El gringo? ¿Desde su casa? ¿Vivía cerca del salón?
— Sí, él mismo, el gringo…sí, vivía ahí cerca…
Otras fuentes consultadas informaron a La Roja que el citado estadounidense cambió de domicilio, y luego fue localizado y presionado u hostigado por la policía.
— ¿Quién los llevó con el gringo?
— Una persona que andaba ahí en el salón, y que lo conocía…
La madre se queja de que la Policía Ministerial nunca investigó como es debido ni a su esposo ni a la familia de éste.
Como ejemplo de ello, nos platica que «la camioneta se la pidieron para buscar huellas de mi hija hasta después de ocho días. Y sí encontraron huellas, pero eso no quiere decir que si hubiera estado dormida adentro, porque ella ya antes se había subido a la camioneta».
Sobre tal unidad de transporte, también agrega, «él nunca pedía camionetas prestadas, y ese día llegó con que le habían prestado esa camioneta; además la policía nunca le pidió tampoco su teléfono celular para investigarlo».
— ¿Cuál era la cercanía de tu esposo con su hija?
— Él no conoció a la niña hasta que había cumplido un año, se negaba porque él nunca quiso que naciera, por eso cuando ella lo conoció no sabía ni quien era, pero la niña ya empezaba a hablar y a querer caminar.
Agrega «por lo mismo no era muy cercano, duraba mucho tiempo sin verla, también porque dudaba que fuera de él». Sobre esto dice al margen: «supe que la familia de él pidió pruebas de ADN a la Procuraduría, para comprobar que en realidad fuera su hija; y no sé si se las entregaron, pero a mí sí me dieron los resultados».
Carolina también sospecha de los familiares de su esposo, y luego de 11 meses de buscar a su hija sin el más mínimo apoyo de su ex pareja ni de su familia, exige que se les investigue a fondo.
Entre otros posibles sospechosos, parientes de su todavía marido (nunca se han divorciado), menciona a una hermana de éste. Ella siempre regresaba a Estados Unidos (a Austin, Texas) en enero, y en esa ocasión se regresó esa misma noche.
Por once meses, Carolina ha dado una lucha intensa, ejemplar, buscando a su pequeña niña, ha viajado a varios estados, y ha logrado colocar la imagen de Zoé en medios locales y nacionales, apoyada siempre de cerca por el Centro de Derechos Humanos Samuel Ruiz, A.C.
Quienes hayan raptado a la niña parecen no haber contado con esta amorosa terquedad de la madre, que es seguro no se resignara hasta hasta saber que pasó con ella.
Su relato del día de los hechos en que desapareció Zoé deja en claro que no hubo nunca una reacción inmediata y eficaz de las autoridades policiacas.
Por eso ahora dice, plantea, exige:
— Estamos a un mes para cumplir un año y yo sin saber de mi niña, y lo único que pido es que me sigan ayudando… Y exigirles a los de la Procu que me ayuden a buscarla, y a la licenciada Magdalena (Vega Escobedo, titular de Alerta Amber) que si mi niña no aparece en este mes, yo exijo que ella renuncie. O me presenta a mi hija ante las autoridades de que ella ya la encontró o presenta su renuncia.
Con una madre así, es seguro que ni la funcionaria Vega ni algunas otras autoridades tendrán paz, pues agrega: «yo seguiré luchando para encontrar a mi hija y no me daré por vencida, seguiré buscando en otros estados, de aquí, vecinos de San Luis Potosí, para que todos se den cuenta que mi niña aún no aparece, aún no está con su familia. Zoé necesita estar con su hermanito, con su mamita, tenemos que encontrarla, y a todos les pido que me ayuden a encontrar a mi hija, por favor; no olviden, se los pido…».
Padre de Zoe, sospechoso de su desaparicion
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