Paola Arreola Nieto evadió, se justificó y terminó haciéndose la víctima, evidenciando su poca tolerancia a los cuestionamientos de los soledenses.

En su paso por un tianguis del municipio, una ciudadana le cuestionó qué hizo como diputada local, en respuesta ella le preguntó en dónde vive, “en la colonia San Antonio”, recibió como respuesta, para entonces argumentarle que no correspondía a su distrito.

La candidata no contaba conque la señora conocía perfectamente el distrito que le corresponde y la función que Arreola Nieto como servidora pública debía desempeñar, “pero como diputada trabajan para todo Soledad, todo San Luis, son diputadas, tenemos muchos problemas con el agua y no hicieron nada y ahora vienes a pedir el voto para la presidencia”, le replicó.

Aunque trató de guardar la calma, su molestia iba escalando, pues incluso sin motivo alguno, empezó a exclamar ¡No me grite! ¡No me grite! Mientras pedía sin sentido que se guardara un metro de distancia.

Argumentó que votó en contra del aumento de la tarifa del agua potable, lo que quedó en duda, pero los cuestionamientos escalaron por su trabajo legislativo, porque el municipio de Soledad lleva la carga del gasto de agua potable y los hogares no cuentan con el vital líquido, “estuviste ahí y no nos ayudaste”.

“Dígame dos facultades que tienen los diputados” le replicó la candidata a la señora, ella le respondió correctamente, pero pidió que entonces respondiera qué hizo por la gente de Soledad, pero la candidata del partido Movimiento Ciudadano quien se encuentra con licencia de su cargo como legisladora, no supo responder a los cuestionamientos y optó por decir que se sentía amenazada, ante el asombro de la ciudadana y de quienes presenciaban el “diálogo”.