LA LÍNEA ROJA
Por Manuel Gutiérrez
• AUTORIDADES POTOSINAS PASAN EL TEATRO MIJERIANO A NUEVO LEÓN
Según la ficha de búsqueda emitida para la localización de Pedro Becerra Carrizales, “El Mijis”, a este se le está tratando de ubicar desde el 31 de enero.
Sin embargo, trascendió que mandó un mensaje de audio, vía whatsapp, a sus familiares el 2 de febrero.
En ese mensaje, Pedro les dijo que había sido retenido por uniformados, y luego liberado. Después no se ha vuelto a saber de él.
Por otro lado, su número celular ha sido rastreado, y aparece ubicado en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Esa circunstancia, sirvió a las autoridades potosinas para declinar la competencia estatal y derivar la carpeta de investigación y búsqueda al estado norteño.
Quienes lo conocen, no dan ya credibilidad a estos hechos aparatosos que acostumbra escenificar el ex diputado local; siempre inconsistentes, y bajo la sospecha de ser solo montajes mediáticos.
De ser todo eso meras escenificaciones, ¿qué estaría buscando tal personaje con dichas imposturas?
Más fama, quizás; y ganancias en especie.
Al menos eso parece haberse revelado en la última ocasión, cuando fue presuntamente secuestrado y luego liberado por los rumbos rurales de Villa de Zaragoza.
Pues luego de eso, pidió a un alto funcionario estatal que le facilitara dos camioneras y cuatro escoltas para su protección.
No le funcionó, en vez de unidades de transporte y personal de custodia, al Mijis se le dijo que debía calmarse, pues más bien se le iba a abrir una investigación por sus falsos testimonios.
Puestas en escena que resultan no solo mala imagen para San Luis Potosí, sino en gasto de recursos y distracción de las fuerzas del orden que pierden el tiempo atendiendo falsas alarmas en vez de ayudar donde en realidad sí se les necesita.
Y es que en el gobierno gallardista estaban muy enojados al ver que las “payasadas” de Carrizales habían puesto de nuevo a San Luis Potosí como un estado inseguro y rodeado de crimen.
Parecen haber dicho en Palacio de Gobierno: suficiente tenemos con los hechos de la delincuencia real como para que este Mijis ande inventando otros más en su calenturienta cabecita.
Por eso, ahora que el personaje fársico se perdió por los rumbos neoleoneses, esas mismas autoridades se apresuraron a declinar la competencia y dejarles el tema a los regiomontanos.
Basta recordar sus últimas actuaciones: le da cáncer, y aparece postrado en una cama de hospital; sufre atentados a balazos, sale ileso; es secuestrado, y luego, milagrosamente, es liberado por unos presuntos plagiarios que ni se molestan en quitarle su celular. Etcétera.
Cuando en verdad esté frente a un peligro o sufra algún hecho real, no le va a creer nadie.