Desde hace días se ha vuelto viral y tema de conversación el asunto de los espacios de estacionamiento que son acaparados por habitantes, comerciantes y lavacoches.
Las calles de la ciudad se ven copadas por un sin fin de objetos, muchos creen que hasta la banqueta les pertenece, por lo que la autoridad municipal ha comenzado con un programa para retirar de la vía pública todo aquello que se encuentre obstaculizando los pasos viales y peatonales.
Sin embargo, aun falta mucha cultura, el tema de la concientización es importante, hacen falta ciudadanos responsables que dejen de creer que el frente de sus propiedades o domicilios les pertenece.
En este sentido, el ingenio del mexicano es bastante peculiar pues lo mismo clava tubos de metal con cemento con cadenas para delimitar «su territorio» que poner televisores, muebles en desuso y hasta rocas de gran tamaño.
Diariamente los agentes de tránsito recorren las calles recogiendo toda clase de objetos que son utilizados para el apartado de lugares.
Los oficiales se han internado incluso en las colonias y han metido en cintura a los lavacoches, pero a pesar de los esfuerzos hay que reconocer que aún falta mucho por hacer pues prevalece justamente esa falta de conciencia de la que hacemos mención.
Efectivamente pareciera que los potosinos se consideran dueños de las calles, impera la ley del autoritarismo, influyentismo o prepotencia.