A partir de mañana lunes, el estado de San Luis Potosí entra en semáforo sanitario color naranja lo cual significa, en los hechos, mayores restricciones en cuanto a movilidad de actividades. Tal vez por ello, fue que el Diablo se soltó la noche de este sábado en Villa de Ramos.
Y es que el irresponsable Ayuntamiento antorchista no tuvo empacho alguno en otorgar permiso para la realización de un bailongo en plena plaza principal en el cual, por supuesto hubo una venta indiscriminada de bebidas espirituosas, especialmente cerveza.
Lo trágico del asunto es que al final se armó la bronca en grande a raíz de los cual hasta ahorita el saldo es de al menos tres personas heridas por objetos punzo cortantes.
Además se escucharon detonaciones de arma de fuego y lo peor es que le quebraron los vidrios a las patrullas y los broncudos hicieron que los policías se encerraran en la comandancia, lugar al cual les lanzaron de todo.
Los uniformados no salieron hasta que se terminó la bronca, porque no tenían como defenderse pues en el presente año del actual gobierno antorchista, no se les compraron ni escudos, toletes, armas, ni nada, únicamente un uniforme barato se les otorgó.
Estamos hablando que de cerca de 300 millones de pesos que se programaron para este 2021, únicamente se destinaron menos de 400 mil pesos para el rubro de seguridad pública.
Esto además de que los uniformados no recibieron ningún tipo de curso o adiestramiento
Y esta es la razón por la que no supieron qué hacer ante esta situación.
Por si fuera poco los agentes municipales no pudieron pedir ayuda pues no tienen teléfono en la comandancia, ni radio, ni nada para pedir apoyo a otras corporaciones.
Cabe recordar que en los últimos tres años Villa de Ramos ha sido catalogado como el segundo municipio más violento del estado solamente por debajo de la capital.
Por ello, el alcalde electo, Erick Giovanni Espino, debería estar muy preocupado pues sin duda el actual alcalde antorchista Abraham Villa Ortega, le dejará una Policía Municipal sin preparación, con vehículos que a cada rato se descomponen, sin armamento, y sobrepasado por la inseguridad que se vive en esta región del estado.
En conclusión, lo que se vivió ayer demuestra una vez más que los gobiernos antorchistas no saben gobernar y lejos de solucionar problemas los incrementan.
Ahora habrá que ver si se interponen denuncias por los daños que se causaron o simplemente se harán de la vista gorda como si nada hubiera pasado, al fin y al cabo el de atrás paga.
Cabe resaltar sin embargo que la gente buena de Villa de Ramos vivió horas de terror, pues no se sabía hasta dónde los desenfrenados borrachos y borrachas podía llegar.