Washington, D.C. – El presidente estadounidense Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 25% a los vehículos fabricados en México y Canadá, medida que entrará en vigor este martes 4 de marzo de 2025 . El gobierno de Trump justificó la decisión citando preocupaciones de seguridad nacional, vinculándola a la crisis del fentanilo y la migración irregular, pese a que expertos advierten que la medida viola el tratado de libre comercio T-MEC (USMCA) vigente . El sorpresivo anuncio – que había sido amenazado desde su campaña – ha desatado fuertes reacciones en Norteamérica y encendido las alertas sobre las repercusiones económicas en la industria automotriz, el comercio regional y global.
Impacto en la industria automotriz de México y Canadá
Tanto México como Canadá dependen en gran medida del mercado estadounidense para sus exportaciones de autos. En México, cerca del 80% de los vehículos que produce se exportan a EE.UU. – unos 2.77 millones de unidades en 2024 – lo que representó alrededor del 18% de todos los autos vendidos en Estados Unidos ese año . Un arancel de 25% golpea directamente la competitividad de estos vehículos en su principal mercado, amenazando con reducir drásticamente las ventas y la producción. Analistas señalan que los fabricantes en México podrían enfrentar disminución de exportaciones y recortes de producción, afectando especialmente a las regiones mexicanas dependientes de la industria automotriz . Esto pondría en riesgo miles de empleos en plantas ensambladoras y proveedoras de autopartes al perder mercado frente a competidores locales u otros países . De hecho, estimaciones del Brookings Institution sugieren que una guerra arancelaria total podría costar a México más de 1.4 millones de empleos (hasta 2.2 millones si hay represalias mutuas) debido a la contracción de su sector exportador .
En Canadá, la situación es similar: su industria automotriz está casi totalmente orientada a la exportación hacia EE.UU.. Aproximadamente 88% de los vehículos ensamblados en Canadá se envían al mercado estadounidense , lo que hace a los fabricantes canadienses altamente vulnerables a este arancel. Canadá produjo cerca de 1.3 millones de vehículos en 2024 , una cifra menor que en años anteriores pero cuya gran mayoría tuvo como destino a EE.UU. Un aumento repentino de 25% en el costo de esos automóviles podría forzar a las armadoras en Ontario y otras provincias a reducir operaciones, dada la esperada caída en la demanda de importados. Automotrices internacionales que utilizan México o Canadá como base de producción – incluidas varias firmas asiáticas – también se verán afectadas, ya que utilizan estos países como puerta de acceso competitiva al mercado estadounidense . En conjunto, la medida de Trump amenaza con desarticular una cadena de suministro norteamericana altamente integrada, donde piezas y vehículos cruzan fronteras múltiples veces antes de su ensamblaje final .

Reacciones de los gobiernos de México y Canadá
La respuesta de los socios norteamericanos ha sido de rechazo enérgico y medidas de represalia. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó de “unilateral” e “inaceptable” la decisión de Washington. Sheinbaum instruyó a su Secretaría de Economía a desplegar un “plan B” con “medidas arancelarias y no arancelarias” para defender los intereses económicos de México . “No es con la imposición de aranceles como se resuelven los problemas, sino hablando y dialogando”, declaró la mandataria, proponiendo a Trump establecer mesas de trabajo bilaterales en materia de seguridad y salud pública para abordar las causas del conflicto . Asimismo, México rechazó las acusaciones de la Casa Blanca que vinculan a su gobierno con el crimen organizado, considerándolas “calumnias” usadas como justificación del arancel . Funcionarios mexicanos anticipan que acudirán a los mecanismos de solución de controversias del T-MEC y la OMC, al tiempo que preparan aranceles espejo contra productos estadounidenses estratégicos, buscando presionar una marcha atrás de Washington.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció inmediatamente represalias comerciales equivalentes. Ottawa impondrá aranceles del 25% a importaciones de EE.UU. por 107 mil millones de dólares , en una primera fase de 30 mil millones efectiva el mismo martes 4 de marzo, seguida por una segunda ola en tres semanas . La lista canadiense apunta a productos emblemáticos de EE.UU., incluyendo cerveza, vino y bourbon estadounidenses, jugos de naranja de Florida, ropa, equipos deportivos y electrodomésticos . En un mensaje firme, Trudeau advirtió que las acciones de Trump “tendrán consecuencias reales” para los propios estadounidenses: “Los aranceles contra Canadá pondrán en riesgo empleos estadounidenses, pudiendo paralizar plantas automotrices y otras fábricas en su país. También encarecerán sus costos de vida, desde los alimentos hasta la gasolina” . El primer ministro lamentó el deterioro en la relación con su histórico aliado, pero subrayó que Canadá “responderá dólar por dólar” a la agresión comercial para proteger a sus trabajadores. Además, Ottawa estudia medidas no arancelarias adicionales – por ejemplo, en sectores de minerales críticos y energía – y coordina con México una defensa común del libre comercio norteamericano .
Consecuencias para el comercio internacional y el T-MEC
La implementación de estos aranceles amenaza con tensar gravemente el marco de comercio internacional vigente. En particular, supone una violación directa al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) – acuerdo que entró en vigor en 2020 justamente para garantizar el libre comercio en la región . Irónicamente, el propio Trump promovió y firmó el T-MEC durante su primera administración, sustituyendo al TLCAN, y ahora sus acciones ponen en entredicho los compromisos allí asumidos . México y Canadá han señalado que evaluarán acciones legales bajo el T-MEC, dado que el pacto prohíbe nuevos gravámenes generales a productos regionales. No obstante, Trump podría invocar excepciones de “seguridad nacional” para justificar la medida, complicando la disputa. Analistas apuntan que esta confrontación podría derivar en una renegociación adelantada del T-MEC en términos favorables a EE.UU., o incluso amenazar la continuidad del acuerdo si la Casa Blanca decide en 2026 no renovarlo .
A nivel más amplio, la decisión de Trump envía una señal preocupante al comercio internacional. Al aplicar tarifas punitivas a dos aliados y principales socios comerciales, Estados Unidos abre un nuevo frente de guerra comercial simultáneo al que mantiene con China, a la cual también anunció un arancel adicional de 10% a sus exportaciones . Esta postura proteccionista de la mayor economía mundial podría debilitar el sistema multilateral de comercio y alentar medidas de represalia en cadena. Economistas advierten que una escalada de tarifas entre potencias puede ralentizar el crecimiento global y reemprender presiones inflacionarias justamente cuando la economía mundial buscaba estabilizarse . Los mercados financieros ya han reaccionado con volatilidad: tras los anuncios, el dólar estadounidense se fortaleció frente al peso mexicano (subió 1.6%) y al dólar canadiense (1% arriba), mientras las bolsas en Asia y Europa sufrieron caídas por temor a las implicaciones . Desde Pekín, un portavoz chino recordó que “nadie gana en una guerra arancelaria” e instó a Washington a reconsiderar su estrategia confrontacional . Organismos internacionales como el FMI observan con preocupación la situación, alertando que la fragmentación comercial podría costar varios puntos del PIB mundial en los próximos años si no se revierte la tendencia.
Impacto en los consumidores estadounidenses y la industria de EE.UU.
Aunque la intención declarada de Trump es proteger a la manufactura nacional, los expertos coinciden en que los consumidores y empresas estadounidenses también pagarán un alto precio. La industria automotriz de EE.UU. está profundamente integrada con México y Canadá; numerosas piezas y modelos de vehículos cruzan la frontera durante su producción . Con el nuevo arancel, los automóviles importados de vecinos norteamericanos encarecerán significativamente. Se calcula que el precio promedio de los vehículos en EE.UU. aumentará en alrededor de 3,000 dólares debido al gravamen, pues los fabricantes trasladarán parte del costo a los compradores . Este encarecimiento podría desalentar la demanda y reducir las ventas anuales: analistas de la industria estiman que en 2025 se venderán aproximadamente 1 millón de vehículos menos de lo proyectado sin arancel . Además, los concesionarios podrían enfrentar menos disponibilidad de modelos (especialmente de gama media y compactos, muchos de los cuales se ensamblan en México) y retrasos en las entregas, mientras las empresas intentan reorganizar sus cadenas de suministro .
El impacto para los fabricantes estadounidenses también sería significativo. Las tres grandes de Detroit (GM, Ford, Stellantis), así como fabricantes japoneses y alemanes con plantas en Norteamérica, dependen de componentes mexicanos y canadienses para armar vehículos en Estados Unidos. Ahora, cada pieza o motor importado llegará con un 25% de sobrecosto, erosionando sus márgenes o forzando un alza de precios finales. Algunas compañías podrían verse obligadas a detener líneas de producción si ciertos insumos se vuelven prohibitivamente caros o escasos en el corto plazo. “Los aranceles contra Canadá pondrán en riesgo sus empleos, potencialmente deteniendo plantas de ensamblaje estadounidenses”, advirtió Trudeau dirigiéndose al público de EE.UU. . El temor es que, lejos de crear empleos industriales en EE.UU., la medida provoque despidos debido a la contracción de ventas y a la pérdida de eficiencia en la fabricación regional. Un estudio sectorial cifró en 20 mil millones de dólares el costo total anual para los consumidores estadounidenses por el incremento de precios de vehículos y autopartes . Asimismo, se proyecta una subida de la inflación interna de más de un punto porcentual atribuible a los aranceles , lo que podría presionar a la Reserva Federal a mantener altas las tasas de interés. En suma, hogares y negocios estadounidenses enfrentarán un entorno de menor oferta y mayores costos, contradiciendo el objetivo buscado de aliviar sus bolsillos.
Efectos en la economía global
Las implicaciones de esta decisión trascienden Norteamérica, generando preocupación en la economía global. El comercio entre EE.UU., México y Canadá supera los 1.2 billones de dólares anuales y sustenta millones de empleos , por lo que una disrupción de esta magnitud se sentirá en múltiples sectores alrededor del mundo. Países asiáticos y europeos con inversiones en las cadenas automotrices de Norteamérica verán afectadas sus operaciones. Por ejemplo, fabricantes de autopartes en Japón, Corea del Sur o Alemania que proveen a plantas mexicanas enfrentarán menores pedidos si la producción se desacelera . A la vez, si las empresas buscan proveedores alternativos fuera de México y Canadá, podría haber desvíos de comercio que beneficien a terceros países en el corto plazo, aunque con ineficiencias. La incertidumbre comercial tiende además a enfriar la inversión: corporaciones multinacionales podrían posponer proyectos o replantear sus ubicaciones manufactureras ante el temor de más barreras arancelarias.
Los líderes mundiales y organismos internacionales han instado a la calma y la negociación. La Unión Europea, que en el pasado también fue blanco de amenazas arancelarias de Trump, pidió respetar los acuerdos comerciales y advirtió contra una escalada que golpee la frágil recuperación económica global. En los mercados financieros, el nerviosismo podría traducirse en menor confianza empresarial y volatilidad bursátil sostenida si la disputa se prolonga. Expertos de Wall Street y bancos centrales observan de cerca el impacto en los precios de las materias primas y las monedas de economías emergentes, ya que choques comerciales de esta escala pueden reconfigurar flujos de capital. En palabras de un portavoz chino que resumió el sentir general, “nadie gana en una guerra comercial”, subrayando que la confrontación tarifaria de Norteamérica podría sumar más presión a una economía mundial ya desafiante .
Fuentes: Anuncios oficiales y comunicados en Reuters, análisis económicos de Brookings Institution y medios especializados en la industria. Con información de Reuters, AP, Milenio, Infobae.
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