+ CAMBIOS AFECTAN SALUD DE USUARIOS Y SUS FAMILIAS
+ DROGAS CAUSAN ESTRAGOS EN LA JUVENTUD POTOSINA, SIN QUE TENGAN DONDE ATENDERSE
Mientras la adicción a drogas como el “cristal” o “foco” causa estragos a miles de jóvenes y sus familias en San Luis Potosí y Soledad, el instituto “Temazcalli” –una de las pocas alternativas para recuperarse de tales enfermedades– es denunciado por ciudadanos porque su director implementa medidas que van en contra de la apropiada recuperación de los pacientes.
Los quejosos han difundido por redes sociales diversos testimonios de lo que ocurre en esa dependencia a cargo del doctor José Ramón Arellano Cano, y señalan la presunta indiferencia que ante el deterioro de tal institución observa el gobierno estatal de Juan Manuel Careras, y, en especial, la titular honoraria del DIF, su esposa Lorena Valle.
Por medio de esas publicaciones, hacen un llamado a tal pareja de gobierno para que pongan atención al citado Instituto Temazcalli, que tiene décadas sirviendo a los potosinos, pero que, sin embargo, ha ido perdiendo su esencia de ayuda y su mística humanitaria.
Los relatos de que acontece en esa clínica de servicios son de los mismos usuarios, quienes refieren: “Algunos de nosotros somos pacientes de años dentro del Instituto, y hace tiempo puedo decirles que lo considerábamos un lugar donde había respuestas, donde el personal desde la entrada nos recibía como si fuéramos de casa”.
Sin embargo, continúa tal testimonio: “En el último año hemos sido testigos de cambios que quizá favorecen más a la administración y su directiva que a los mismos usuarios”.
Indica el testigo que “todo empezó con una malla al interior de la Comunidad Terapéutica”, pues “parecía que el director estaba anunciando su llegada”.
De tal forma: “Muchos usuarios nos sentimos justamente como ahí no nos hacían sentir, como prisioneros”.
Después: “…vinieron más cambios de terapeutas que en el caso de muchos de los que aquí expresamos nuestra vivencia ni siquiera hubo tiempo de avisarnos. Terapeutas por
años de experiencia, sustituidos por otros que sólo por ser conocidos y gente del director asumían un cargo”.
Añaden los testimonios: “Una compañera comentó: tenemos desde la adicción de mi esposo y su internamiento y ahora el internamiento de mi hijo tratándonos con “x” terapeuta, ahora sin más nos asignan con alguien de un día para otro”.
Los reclamantes señalan también que han sido ignorados en sus quejas por el director de la clínica: “De nada valieron quejas en el buzón, recordamos esa época. Como nunca el buzón de quejas de la institución estaba lleno de papeletas”.
“Más cambios nos esperaban –añaden– ahora con los costos”.
Ponen como ejemplo las terapias grupales:
“También las terapias de grupo pasaron de ser accesibles a ser un lujo”.
Y comentan: “No podremos olvidar algunos de nosotros cuando cooperamos para que nuestro compañero pudiera entrar a la sesión, creo que el terapeuta deseaba cooperar también pero no se los tienen permitido, sólo pudo aguardar a que el grupo llevará a cabo su tarea de respaldar al compañero de años”
“Finalmente ese compañero dejó de acudir, la última vez buscó monedas en su pantalón y su orgullo lo llevó a decir que iría a su coche a buscar. No lo hemos visto más”.
Indican además que se presentaron más cambios desfavorables: “Se presentaron cambios en los grupos, la excusa fue el tiempo, la cantidad de personas, como si los directivos ignoraran que las enfermedades mentales como la adicción son crónicas”.
Esos inconformes han acudido a diversas instancias a plantear sus quejas, con hasta ahora nulos resultados.
“Varios de nosotros expresamos nuestra inconformidad, acudimos a Dif Estatal, nos atendieron el Lic. Alejandro Fernández y el Lic. Alejandro Gil. Otra vez, sin respuesta. Realmente creo que desconocen mucho de lo que pasa en el Instituto”.
Ya sobre las últimas acciones perniciosas en tal centro de rehabilitación, señalan “el despido injustificado del nutriólogo”:
“Una compañera nos comparte el temor a que el tratamiento de su hija con Bulimia se viera amenazado después de tanto que le costó confiar en el nutriólogo. La razón real: el director buscaba integrar a su equipo de trabajo otra conocida, sin experiencia, pero dispuesta a informar todos los movimientos que no son aceptados por su dominante mandato. Por fortuna de sus pacientes este trabajador si volvió”.
Terminan haciendo una súplica a la esposa del gobernador:
“Señora Lorena Valle, usted siempre ha dicho que trabaja para la gente. Mi pregunta es ¿Cuál gente? Quienes lo necesitamos de verdad, o sus directivos que se llenan de poder y dejan de servir a las personas que realmente necesitamos de sus servicios”.
Y afirman sobre lo denunciado: “No inventamos nada de lo aquí expuesto, sabemos que muchas cosas usted no se entera porque lo que le enseñan son números. Pero nosotros licenciada no somos números, somos personas necesitadas de un servicio pensado humanamente y no sólo administrativamente”.
Reiteran así la denuncia concreta contra el titular del señalado Instituto: “¡El director del Instituto Temazcalli está quitándole la grandeza humana que esa institución tenía, y lo peor, es que seguimos contando solo con la indiferencia del Sr. Gobernador Juan Manuel Carreras y su señora esposa!”.
Firman al calce: “USUARIOS INCONFORMES DEL INSTITUTO TEMAZCALLI”.
