* De blanco y en un ataúd rosa se despidió de este mundo.
Familiares y compañeros de escuela dieron el último adiós a la niña Luz María, quien fuera cruelmente asesinada y su cuerpo encontrado el pasado miércoles en una calle del Municipio de Tamazunchale. En un humilde funeral, realizado en el domicilio de la niña, sus tíos exigieron a las autoridades esclarecer el feminicidio y castigar al o los responsables.
Anoche, el silencio de la comunidad de Temamatla era atravesado por el llanto de familiares de la niña. Por su origen humilde, el propio domicilio de Luz sirvió de sala de velación, a donde acudieron sus compañeros de la secundaria Mártires de Cananea, familiares y vecinos. La comunidad se localiza a unos 10 minutos de la cabecera Municipal de Tamazunchale, donde el pasado 23 de octubre fue hallado su cuerpo en las primeras horas de la mañana.
La vistieron de blanco y la depositaron en un sencillo ataúd rosa pálido que sus tíos le compraron. Entre crisantemos, cirios e imágenes religiosas, Luz recibía los respetos de sus vecinos, amiguitos y familiares, todos mostrando su generosidad al llevar café, galletas y otras viandas para aguantar a jornada fúnebre.
Mientras se realizaba el funeral, policías municipales arrestaban a un par de sujetos en posesión de armas y enervantes. Sus nombres Ángel “N”, de 19 años y Ángel “N” de 35 años de edad, quienes se contradijeron al ser interrogados en la barandilla municipal, por lo que se llamó a los agentes de la Fiscalía General del Estado para que realizaran las investigaciones pertinentes.
Extraoficialmente se supo que, previo a una orden de cateo, se revisó el domicilio de uno de los detenidos y se encontraron prendas que pertenecían a la niña asesinada, por lo que existe un vínculo entre dichos sujetos y la finada. Sin embargo, se espera que en las próximas horas las autoridades determinen la participación o no de dichos sujetos en este crimen.
Ya en el cementerio ejidal de la comunidad Temamatla, los pocos familiares y amigos que acompañaron a Luz hasta su sepulcro le lloraban con la discreción y la reserva que distingue a las familias humildes que radican en dicha zona del Estado. En su tumba quedaron flores, lágrimas y rabia de sus seres queridos por tan artero crimen.