Premonitorios, alumnas de la maestra Berenice Tapia le festejaron su cumpleaños 25 de forma adelantada, diez días antes, el 16 de agosto.
En sus redes sociales, ella agradeció el gesto: “Pastel adelantado, gracias infinitas las quiero mucho aunque cumplo el 26 de agosto en verdad mil gracias”.
Ya no los cumpliría.
Mala corazonada o no, el día 10 de ese mes ella misma había escrito en su perfil de Face: “Hoy se vive, mañana quien sabe”.
Ayer, 26 de agosto, cuando debía estar festejando ese cuarto de siglo de vida con sus familiares, ellos solo tuvieron el amargo consuelo de ver detenido al supuesto verdugo de “Mitzi”.
Se trata, de acuerdo a la Fiscalía del Estado, del joven Bryan Alberto, que tiene hoy la misma edad con que contaba su víctima al momento de morir asfixiada entre sus manos.
Luego de abusar de ella, su “conocido” la golpeó en el rostro, y luego la estranguló.
La profesora de preescolar parece así haber tenido el destino más común de las mujeres que son asesinadas, caer muertas a manos de “conocidos”: amantes, esposos, novios, jefes, compañeros de trabajo, vecinos, familiares.
Berenice perdió la vida entre el domingo 18 y el lunes 19. Al parecer, luego de anunciar por Instagram que iría a una fiesta “de la prepa” por el rumbo de Morales, contactó con Bryan Alberto, quien la condujo a unos departamentos.
Luego de atacarla, fue a tirar el cadáver de “Mitzi” en las calles de Basalto y Hernán Cortez, de la colonia Las Piedras.
Por el mismo rumbo, entre la calle Camino a Pinos y la avenida Muñoz, otra mujer había sido encontrada la madrugada del domingo.
Ama de casa, con dos niños de nueve y once años, “Karla” se desplazaba por esa zona pidiendo auxilio, llevaba la blusa desgarrada, y múltiples quemaduras que al parecer le hicieron dos hombres que la tenían amarrada y la torturaban.
“Karla” falleció el domingo por la tarde, víctima de paros cardíacos a consecuencia de los golpes y las quemaduras que sufrió.
Debido a esa circunstancia de que ambos feminicidios se generaron por tal zona, se difundió el rumor de que por el rumbo actuaba un “asesino serial”, generándose también el alarmismo entre la población.
Pero no se necesita recurrir a ningún peliculesco asesino en serie cuando la saña y la cantidad de mujeres que son muertas por sus “conocidos” supera al de cualquier villano de serie televisiva.