Los baches y alcantarillas a cielo abierto se han convertido en un auténtico dolor de cabeza para conductores y choferes de transporte urbano que todos los días circulan en la avenida Salk.
A pesar de que hace unos meses se taparon de forma superficial los hoyancos, nuevamente resurgieron y ahora se han extendido.
En avenida Salk y Arquímedes una enorme trampa ya ha generado varías averías en los automóviles, este lunes un vehículo compacto cayó y poco faltó para que se lo tragara.
Hoy lo más triste y lamentable es que tenemos a un Ayuntamiento Capitalino que hace oídos sordos a las peticiones y necesidades de la ciudadanía, tal vez sus prioridades son otras no sabemos cuáles pero por lo pronto los potosinos están pagando los platos rotos.