Franz Beckenbauer, una de las pocas leyendas del deporte alemán aún con vida, se convirtió este jueves en el principal protagonista de una acción judicial de la Fiscalía de Suiza, que confirmó que había iniciado una investigación para determinar si el famoso Kaiser del fútbol alemán había cometido los delitos de gestión desleal, enriquecimiento y lavado de dinero, para obtener la sede del campeonato mundial de fútbol que se disputó en Alemania en 2006.
Según informaciones periodísticas suizas y alemanas, la fiscalía del país helvético, donde la FIFA tiene su cuartel general, tiene serias sospechas de que Beckenbauer estuvo involucrado en el pago de sobornos para obtener la sede del Mundial 2006. La fiscalía decidió abrir una investigación después de analizar dos transferencias millonarias por un total de 10 millones de francos suizos que se hicieron desde una cuenta bancaria a nombre de Beckenbauer.
En octubre de 2015, la revista Der Spiegel provocó un terremoto deportivo en Alemania cuando denunció que el comité organizador del Mundial 2006, presidido por Franz Beckenbauer, habría destinado 6,7 millones de francos suizos para pagar el voto de cuatro delegados asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA, que finalmente eligió a Alemania como sede del campeonato.
La denuncia del semanario alemán desató una verdadera caza de brujas en el seno de la poderosa Federación Alemana de Fútbol (DFB), que le costó el cargo al entonces presidente, Wolfgang Niersbach, pero que obligó a la Federación a iniciar una investigación propia, que fue encargada al prestigioso bufete de abogados Freshhield.
En el curso de sus pesquisas, el bufete, que interrogó en varias ocasiones a los principales protagonistas del escándalo, incluido el propio Beckenbauer, descubrió que entre los meses de mayo y julio de 2002 había sido transferida, en cuatro envíos, la suma de seis millones de francos suizos de una cuenta a nombre de Beckenbauer a una oficina de abogados en la localidad suiza de Sarnes. El destino final del dinero fue una cuenta a nombre del holding KEMCO en Catar, administrado por el exfuncionario de la FIFA, Mohammed Bin Hammad
En agosto de 2002, el ex jefe de ADIDAS; Robert Louis Dreyfus, transfirió 10 millones de francos suizos a la misma oficina de abogados en Sarnes, que a su vez, envió la suma de seis millones de francos a una cuenta de Beckenbauer y los otro cuatro millones restantes al holding KEMCO en Catar.
El poco transparente baile de millones despertó la curiosidad de la fiscalía suiza, que ahora tiene serias sospechas que el famoso Kaiser del fútbol alemán pudo haber estado involucrado en el pago de sobornos y lavado de dinero para obtener la ansiada sede del campeonato en el año 2006 para su país.
La revista Der Spiegel denunció en octubre del año pasado, que el comité organizador presidido por Beckenbauer, había dado vida a una caja negra que fue alimentada por el dinero de Dreyfus. El dinero nunca fue registrado en las cuentas oficiales del Comité Organizador. Con ayuda de la FIFA se creó la leyenda de que la DFB había pagado 6,7 millones de euros para financiar una grandiosa fiesta de inauguración que finalmente no se realizó. El dinero habría sido utilizado para comprar el voto de los cuatro delegados asiáticos del Comité Ejecutivo de la FIFA, integrado por 24 personas.
Los cuatro delegados, junto a los delegados de Europa, votaron, el 6 de julio de 2006, a favor de Alemania. El resultado final fue 12 votos a favor de Alemania y 11 a favor de África del Sur.
Desde que estalló el escándalo, el famoso Kaiser prácticamente se recluyó en su mansión en Austria, canceló todas su apariciones públicas y la única vez que se refirió al escándalo y a las investigaciones que se están realizando, fue durante una entrevista que concedió al periódico Süddeustche Zeitung a fines del año pasado, donde negó haber estado involucrado en el pago de sobornos. “Yo firmaba sin mirar, todos los documentos que se me presentaban. Nunca cometí un delito”, dijo el Kaiser.
Ocho meses después, la fiscalía de Suiza piensa diferente y también incluyó en sus investigaciones a los expresidentes de la DFB, Theo Zwanziger y Wolfgang Niersbach, como también al exsecretario general de la organización, Horst R. Schmidt. La Fiscalía también anunció que en el curso de la jornada había ordenado registros en domicilios privados en ocho puntos diferentes, en colaboración con las autoridades alemanas y austríacas.