Un centenar de manifestantes irrumpieron en la sede central de Euronext NV.
(La Jornada)
Madrid. La cólera social no disminuye en Francia. Y las manifestaciones contra la polémica reforma del sistema público de pensiones impulsada por el presidente, Emmanuel Macron, continúan, como la que ocurrió en el distrito financiero de París, en la que un centenar de manifestantes irrumpieron en la sede central de Euronext NV, el principal operador bursátil del mercado financiero.
Al igual que hicieron hace unas semanas en las oficinas del fondo de inversión BlackRock, la ciudadanía francesa está enfocando su malestar en las grandes corporaciones que se benefician de los criterios neoliberales de la actual administración francesa.
Ni siquiera las masivas y reiteradas protestas, en las que ha habido hasta doce movilizaciones nacionales y huelgas generales en sólo cuatro meses, han hecho rectificar a Macron.