+ EL CONGRESO ES UNA CUEVA CON 27 LADRONES BIEN ORGANIZADOS

“En credibilidad, los diputados estamos por debajo de los policías”, reconoció la diputada Sonia Mendoza Díaz.

El tema no es complicado: si están más desacreditados es solo porque son peores.

En cuanto a los policías, podríamos decir que, en la mayoría de casos, se trata de gente honesta, con un sueldo bajo, considerando el riesgo que corren ellos y sus familias.

No así con los 27 diputados, quienes actúan como depredadores del presupuesto de todos los ciudadanos, al auto asignarse unas percepciones económicas fuera de toda proporción.

Nadie les otorgó las enormes cantidades que están cobrando como sueldo, no consultaron a los ciudadanos, que son sus empleadores, sino que, como ellos asignan los presupuestos públicos, se destinan esas partidas escandalosas.

Son como los ladrones que al ver abierto el cajón de los dineros, roban. Podemos llamarle “abuso”, pero es lo mismo: un robo disfrazado.

Remuneraciones de fantasía, si las comparamos con las de un obrero (que sí trabaja) y su salario mínimo de 102 pesos diarios, mientras que quienes se dicen sus representantes, sus empleados en el Congreso, perciben 3 mil 483 pesos también por un día dizque de “trabajo”.

“Dizque” porque en realidad no trabajan, ya que para eso tienen “asesores” que les hacen la chamba para la que fueron elegidos: vigilar el presupuesto público y hacer leyes.

Mientras tales empleados hacen su trabajo, los legisladores se limitan a hacer grilllas políticas, dar declaraciones tontas a los reporteros, tomar café, y firmar papeles.

Son, en el fondo, y para decirlo claro: una bien organizada banda.

Delincuentes de curul porque no solo se asignan grandes cantidades como sueldo, sino que se ponen tres meses de aguinaldo (400 mil pesos), y diversos beneficios como servicio de gastos médicos mayores, coches, y otros gastos.

Pero esos robos en despoblado no les parecen suficientes, y entonces algunos de ellos ya han sido evidenciados por extorsionar a sus asesores, pidiéndoles parte del dinero que estos ganan, como es el caso de la diputada Alejandra Valdez Martínez.

Otros están denunciados por hacer otras trácalas con los mismos asesores, como disponer de partidas especiales para ese rubro, como Edson Quintanar, quien para eso dispone de 160 mil pesos mensuales.

Falta mencionar el encubrimiento que han hecho para proteger a quienes les precedieron, los diputados de la anterior Legislatura.

Y falta también que vayan aflorando, conforme pase el tiempo, las transas que hagan con los presidentes municipales para el blanqueo de cuentas públicas, pues si están saliendo igual o peor que sus antecesores, se puede esperar lo mismo de estos.

Ninguno de esa banda de los 27 se salva, pero como algunos de ellos le juegan al decente (hipócritas, en realidad), quieren engañar a la población. Es el caso de Edgardo Hernández Contreras y de Marite Hernández Correa.

Sobre todo, la segunda, que siendo parte de MORENA nunca se bajó el sueldo ni ha mostrado ninguna disposición a la austeridad o la congruencia, pero eso sí, se indigna si la quieren meter en el costal de sus compañeros.

Pero es obvio que todos forman parte del mismo grupo abusivo que dilapida los recursos de los potosinos. Y si alguno de ellos es diferente, ya tuvo casi un año para demostrarlo. No lo hemos visto, por desgracia.

Ninguno de los 27 ha dado muestras de austeridad, de capacidad, de honradez.

No deben ser comparados con los policías, porque estos tendrían razón en ofenderse.