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jueves 28 de marzo de 2024 San Luis Potosí, México
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Otros agentes que tarde o temprano entrarán a escena en la presente contingencia por Covid-19 serán las 32 agencias funerarias que hay en la capital y Soledad, así como otras 146 en los diferentes municipios de San Luis Potosí, a quienes ya se les giró instrucciones que los fallecidos por este virus deberán incinerarse o inhumarse sin funerales de por medio.

“Tan pronto como nos entreguen los cuerpos, debemos desinfectar las bolsas mortuorias, meterlas en ataúdes, emplayarlos y enterrarlos, no se nos permitirá ni siquiera vestirlos”, sostiene Christian Zavala, encargado de Funerales Zavala, que esta mañana se ha reunido con otros colegas de la capital para discutir los protocolos de actuación en estos delicados casos.

Si bien no se les ha dicho cuántas muertes podrían registrarse por Covid-19 en el trayecto de la presente fase 2 de la contingencia, hay confianza en que las agencias puedan prestar el servicio de recolección y cremación o inhumación inmediata de los cuerpos, pero hay dos preocupaciones que Christian comparte con sus colegas: ¿habrá suficientes criptas tomando en cuenta que los viejos cementerios están saturados y sólo el de Milpillas tiene unos 500 lugares disponibles?

En segundo lugar: ¿podrán los 5 hornos crematorios de la capital dar abasto en caso de que los potosinos necios continúen en las calles, tomando en cuenta además que cada horno puede convertir en cenizas un promedio de 5 cuerpos por día? “Pienso que la mayoría de los deudos optará por cremación, es más barato, pero solo habrá una capacidad máxima de unos 25 a 30 cuerpos por día entre los cinco, si se registran muertes por cientos como en Italia o España estaremos en problemas”, agrega desde su oficina, en el corazón del barrio de San Sebastián.

La tercera preocupación no les compete tanto a ellos, pero también piensan en ella: ¿con el cierre de labores en varias empresas, el cierre de comercios y cientos de despidos de trabajadores en el ámbito informal, tendrán los deudos la economía suficiente para su subsistencia y a la vez para costear un servicio de inhumación-cremación?

De todos es sabido que las agencias funerarias en San Luis no son las más honestas. Cobros excesivos, rapiña de cuerpos en accidentes y hospitales y una insuficiencia de embalsamadores que en algunas ocasiones los hace actuar de prisa en ésta y aquella funeraria, sin cumplir con las horas de preservación requeridas para que los deudos honren a sus muertos, pero, al menos hoy, se nota más preocupación entre los agentes, pues la venta de servicios tendrá un riesgo un poco mayor del que ya se enfrentan los funerarios con fallecidos por enfermedades infectocontagiosas como el VIH y la propia Influenza A1HN1, hepatitis, entre otras.

“Nos han dicho que no podremos embalsamar fallecidos por Covid-19, tan pronto como los recojamos de los hospitales, tendremos que llevarlos directamente a los hornos crematorios y en caso de inhumaciones, los traeremos a las funerarias, desinfectaremos las bolsas mortuorias con Display, un desinfectante americano, los meteremos a los ataúdes y luego de emplayarlos con plástico los llevaremos a los cementerios, donde tampoco dejarán entrar ni mariachis, ni arreglos florales y sólo a un puñado de familiares, contaditos”.

Posiblemente habrá casos en los que, recluidos en la cuarentena, los deudos tendrán que depositar el dinero a las funerarias y confiar en ellas, pues harán todo el trabajo sin la presencia de los deudos.

Para esto, los trabajadores deberán contar con el mismo tipo de equipo de protección como mascarillas filtrantes N95, guantes y batas especiales. “La mayoría de las agencias trabajan con el mismo equipo de protección que hoy usan los médicos en esta contingencia, estamos listos”, afirma.

Los deudos ya no podrán ver por última vez el rostro de su familiar fallecido por Coronavirus. El último recuerdo que tendrán suyo será cuando lo ingresaron a urgencias. Quienes opten por cremación, se les dará una urna con las cenizas.

Además del fuerte shock emocional que representa su pérdida, los familiares del fallecido tendrán que hacerles frente a los gastos funerarios. Quienes decidan inhumarlo, el servicio más accesible cuesta 12 mil pesos, incluido un modesto ataúd de metal, pero además deberán pagar 4 mil 850 pesos de la gaveta en el panteón de Milpillas, un cementerio inacabado por el ayuntamiento de la capital y que debería ampliarse más, porque sólo tiene unos 500 lugares disponibles.

El precio del servicio de inhumación incluye recolección del cuerpo, desinfección de la bolsa mortuoria, ataúd, traslado en carroza e inhumación (embalsamado y funeral están prohibidos). Pero también hay servicios más exclusivos por los que se paga hasta 25 mil o 60 mil pesos.

Para quienes decidan cremar a su difunto tendrán que pagar unos 6 mil 500 pesos aproximadamente, precio que incluye la recolección del cuerpo en el hospital, permisos municipales y de salubridad, cremación y urna.

Zavala comenta que su agencia sostendrá el mismo precio de sus servicios aun cuando la demanda se incremente, pero no descarta la posibilidad que otras agencias aumenten o disminuyan su tarifa de acuerdo a su propio criterio. Hasta ahora, las autoridades no han congelado el costo.

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