“TIENE AL MENOS DOS LESIONES POR ARMA DE FUEGO EN LA CABEZA”: PGJE

+ HAY VERSIONES NO CONFIRMADAS DE QUE FUE DEGOLLADA

+ ESPERAN LOS RESULTADOS DE LA AUTOPSIA PARA TENER MÁS DATOS

Apenas pasaban las ocho de la mañana de hoy cuando el gobernador Juan Manuel Carreras fue avisado de un nuevo asesinato contra una mujer, a dos días de ocurrido otro en un motel de la ciudad capital de San Luis Potosí.

De acuerdo al protocolo para investigación del feminicidio, él como titular del Poder Ejecutivo, y los representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y el Instituto de la Mujer (IMES), son los primeros en enterarse.

Enseguida de estas llamadas donde se les debe informar, se pone en operación una seria de medidas urgentes de investigación; sin embargo, parece que hasta el momento no han servido de mucho.

Al cuerpo de la nueva víctima lo dejaron tirado a la orilla de un camino de terracería, a la altura del kilómetro 253 de la carretera a Rioverde, poco antes de llegar a la población de Los Gómez, y a 30 minutos de la capital del estado.

Vestía short de mezclilla hasta las rodillas y blusa azules, y su cadáver quedó junto a las parcelas del lugar, con la mitad de su cuerpo sobre el camino de terracería. Y al lado una maceta que podría haber llevado cuando fue asesinada por manos desconocidas.

No todos los crímenes contra mujeres son feminicidios. Para considerarse como tales, deben tener el agresor y la víctima alguna relación de parentesco, íntima, de trabajo, y que en el homicidio su condición de mujer haya sido una de las causas determinantes.

En este caso, como en el del motel de la avenida 20 de Noviembre, ese parece ser el caso.

Apenas se enteran de la muerte violenta de una mujer, algunas feministas recalcitrantes, pero al parecer poco informadas, afirman que “toda muerte violenta de una mujer debe investigarse como feminicidio”. Pero eso es falso, una mujer muerta en el asalto a un banco, otra que muere por andar cometiendo delitos, una más que muere en un accidente no implican, por supuesto, feminicidio alguno.

En el caso de hoy, al no parecer que se trate de un asalto, ni tener la víctima relación aparente con cuestiones de delincuencia o de accidente, es comprensible que se haya activado el protocolo de feminicidio.

El agresor pudo haber sido algún pariente, algún antiguo novio, el marido, etcétera. Eso deberán determinarlo las autoridades.

Por lo pronto, en un principio trascendió que degollada. Y poco más tarde la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) informó que tenía al menos dos disparos de arma de fuego en la cabeza. Interrogados funcionarios de esa dependencia sobre el presunto degollamiento, no quisieron aportar más datos, hasta que no se tengan los resultados de la autopsia.

El protocolo de feminicidio está ya implementado. Esperemos que sirva en esta ocasión de algo.