Luis Videgaray estuvo 120 días fuera del Gabinete de Enrique Peña Nieto. El secretario de Hacienda salió un miércoles por la puerta trasera de la Administración, vilipendiado por haber sido el artífice de la reunión del presidente mexicano con Donald Trump en la residencia oficial de Los Pinos en agosto. Y también un miércoles regresó al Gobierno mexicano. Esta vez con una misión mucho más compleja, ser ministro de Relaciones Exteriores. El nombramiento significa que Videgaray será el interlocutor con la presidencia del magnate, que aún no ha jurado el cargo y ya ha demostrado ser un enemigo de México tras sus amenazas a la industria automotriz para evitar expandir sus operaciones en el país. Videgaray, el secretario que nunca se fue, vivirá el encargo más complejo de su trayectoria política. “El reto es enorme, las amenazas ahí están”, dijo Videgaray en su primer mensaje como canciller.
Un par de horas antes, en la residencia oficial de Los Pinos, el presidente Peña Nieto dio su primer mensaje y un oscuro presagio para 2017. “Será un año de retos y desafíos”, dijo. El mandatario aceptó la renuncia de Claudia Ruiz Massieu como ministra de Exteriores. La política, sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), deja la secretaría para darle paso a Videgaray. En el otoño pasado, las crónicas políticas de la prensa nacional detallaban un enfrentamiento entre ambos ministros. Videgaray, en ese entonces omnipotente secretario de Hacienda, promovió la visita de Donald Trump al país. Ruiz Massieu y el secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, se opusieron firmemente a que el candidato republicano, que insultó a los mexicanos desde el primer día de su campaña, pisara el territorio nacional.
Los sorpresivos resultados de la noche del 8 de noviembre dieron la razón a Videgaray, que insistió públicamente en que México debía tender puentes con Trump. De no hacerlo, dijo, sería muy duro para la economía nacional. Videgaray, la mano derecha de Peña Nieto, fue llamado “visionario” tras la derrota de Hillary Clinton. Sus opiniones se han visto reflejadas en la realidad. El peso mexicano sigue en caída libre a pesar de que el Gobierno Trump se inaugura el 20 de enero.
Videgaray tiene amistades en común con Jared Kushner, el esposo de Ivanka Trump. El poderoso yerno del magnate fue clave para gestionar la visita de Trump a México el pasado 31 de agosto. El encuentro significó un duro trance para el Gobierno de Peña Nieto. Los sondeos aseguraron que siete de cada diez mexicanos se sintieron ofendidos por la visita de Trump.