Villa Hidalgo, SLP (Especial)

Fue un domingo soleado ese de ayer, de esos que se antojan para andar con la familia, clásico, en un parque, en casa de la abuela, en fin. Pero no, hubo quienes se aventuraron a viajar un rato para ver las enormes moles de fierro, acero…y hule.

Las cuatro enormes calderas o tambores de coque que formarán parte de la reconfiguración de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, Hidalgo permanecieron estacionadas en el acceso de la carretera a Villa Hidalgo, a poco más de cuarenta kilómetros de San Luis capital y desde donde este día reanudan su marcha.

Hasta ahí se dieron cita familias, solitarios curiosos y hasta los integrantes de un club de motociclistas, todos en busca de apreciar de cerca las ya muy famosas calderas.

Las monstruosas piezas de metal salieron desde Avilés, España, hace meses, llegaron a nuestro país por el puerto de Altamira, Tamaulipas y desde ahí vienen recorriendo caminos viejos y nuevos, a un ritmo de entre 10 y cinco kilómetros por hora, dependiendo de circunstanciales obstáculos.

Diariamente, a mañana y tarde se reúnen todos los empleados, alrededor de 45 o 50, entre mecánicos, operadores de tractocamiones, operadores de equipo modular y carros piloto para planear el trayecto que con antelación ya ha sido planeado.

Cada enorme caldera tiene un diámetro dd 11.3 metros, largo de casi 74 metros y un peso de 565 toneladas que puede subir casi al doble con el equipo que lo transporta.

De esta forma cada caldera es transportada por dos grandes plataformas, una en cada extremo, las que a su vez se desplazan sobre 12 hileras de llantas “normales” y cada hilera tiene 16 ruedas que hacen un total de 192 llantas.

Cada hilera de ruedas tiene un sistema hidráulico para controlar su posición y así no exista un desnivel; así como un sistena de frenos muy potente, todo ello controlado por un operador sentado en un extremo de la plataforma supervisando todo.

Ahora bien, cada caldera requiere para ser movida de tres enormes  trailers, con un motor tan poderoso que los hace diferentes a los que vemos a diario en las carreteras. Un trailer va adelante y dos atrás, conectados para mover las “supercalderas”, de acuerdo a las necesidades del terreno.

Ahora bien, las ruedas de cada plataforma son un total de 768, más las de los trailers, 120, hacen un total de 888.

Todo ello requiere la sapiencia y capacidad de muchos trabajadores y empleados que deben soportar las inclemencias del tiempo y lo lento del viajecito; así llevan más de un mes…y lo que les falta.