+ FUERON AGREDIDOS CON BATES Y PIEDRAS, INCLUYENDO MENORES DE EDAD

+ PRESENTARON YA CINCO DEMANDAS PENALES, ¿SERVIRÁN DE ALGO?

+ LA AGRESIÓN, OBRA DE PSICÓPATAS UTILIZADOS POR EL TAXISMO TRADICIONAL

Los han golpeado a ellos, han destrozado sus carrocerías, quemado sus autos. Y no es la primera vez. Ya son tres los ataques que con suma violencia reciben de delincuentes del taxismo tradicional, quienes hasta hoy están impunes.

Como peligrosos pandilleros, en la madrugada de hoy, taxistas encapuchados gritando y armados con bates y piedras atacaron sorpresivamente a un grupos de chóferes de UBER, a sus unidades, y a menores de edad que trabajaban en ese momento como lavacoches, en un lavado de autos ubicado en la antigua Central de Autobuses.

Criminólogos profesionales aseguran que quienes cometen estos ataques en pandilla, neonazis, u homofobos, por ejemplo, son sujetos en estado alterado de conciencia por ingesta de sustancia estimulantes y alucinógenas, o bien por encontrarse en estado psicótico.

En el brutal ataque de esta madrugada, los taxistas rompieron parabrisas, dañaron carrocerías y golpearon lo mismo a adultos que a menores. ¿Estarían sobrios? ¿Puede un individuo romper con su censor moral, a ese punto, en pleno uso de sus facultades mentales? ¿Puede atribuirse el salvaje ataque simplemente a la falta de escrúpulos?

Está claro que los taxistas están usando a los agremiados con perfil psicópata para cometer, lo que pueden considerarse crímenes de odio, pues no hay argumentos que justifiquen estas acciones, excepto el crear caos y terror para desalentar a los uberinos y presionarlos a que abandonen su fuente de trabajo.

Este alarde de crimen y violencia desbordada ya quedó de manifiesto cuando esos taxistas quemaron el auto de don Juan Roberto, un Attitude con placas UWH744, que quedó calcinado, un intento de asesinato ya que el chofer, un hombre paralitico de la cintura para abajo estaba dentro del auto.

Hasta el momento los de Uber han presentado 5 denuncias, pero además se organizaron para manifestarse y efectuar cierre de calles demandando que se castigue a los taxistas criminales.

Los cierres a la circulación de vehículos  fueron en el Distribuidor Juárez 2° y 3er nivel, en el Eje Vial frente a la PGJ, también sobre la carretera 57 Norte de Soledad de Graciano Sánchez, otro más  hacia av. Universidad, y un desvió de  toda la circulación hacia av. Salvador Nava al poniente.

Por su parte, Augusto Contreras Dirigente de Taxistas de Unesta democrática, deslinda a sus agremiados del ataque a los choferes de UBER y atribuye esa violencia a los taxistas “piratas” y pronostica  que los actos de violencia seguirán existiendo por un descontrol de la SCT y por que el gobernador ha dejado crecer el conflicto.

¿Pero qué fermenta este fétido caldo de cultivo de violencia?

Podríamos mencionar el nulo y patético desempeño del tragicómico diputado Sergio Desfassiux Cabello.

El tímido y gris desempeño del bisoño titular de la SCT, Juan Ramiro Robledo López, cuyo merito más destacable es ser el primogénito del ex senador y ex subsecretario de gobernación, Juan Ramiro Robledo Ruiz.

El conflicto de intereses de funcionarios públicos con participación en el negocio del transporte.

La indolencia del gobernador y su mal tino para delegar la tarea de negociar con los taxistas en apego a la ley.

La estrategia gansteril de los taxistas qué, ajenos al marco legal, que permite otras opciones de transporte actúan como pandilla territorial.

Y, hay que decirlo, la decencia y civilidad de los choferes de UBER que hasta ahora no han reaccionado al mismo nivel de sus agresores, actitud que seguramente los taxistas perciben como debilidad.

Tres ataques graves a choferes de UBER en total impunidad, dan cuenta de que al gobernador Carreras y funcionarios que lo acompañan en este conflicto, ya le tomaron la medida los taxistas, ya le hicieron saber quién manda aquí.