+ EL DOBLE ASESINATO FUE CAPTADO POR UNA CÁMARA
+ LOS CRIMINALES SE TRASLADABAN EN UN SEDAN BLANCO
Ismael Baena y Mauricio Cruz, policías estatales de San Luis Potosí, fueron ejecutados a balazos esta madrugada en la colonia El Rosedal, y a un metro de su propia camioneta de servicio, la número 2340, quedando los homicidas grabados por una cámara de seguridad del C3.
Mauricio Cruz Galván se venía desempeñando como subjefe del área Juárez, e Ismael Baena Gámez estaba comisionado con como oficial escolta, ambos con años de servicio en la Dirección General de Seguridad Pública Estatal (DGSPE).
Los autores del doble homicidio se trasladaban a bordo de un auto sedán, color blanco, y al parecer no les dieron a los dos oficiales la menor oportunidad de defenderse, pues en cuanto fueron interceptados los rafaguearon con sus AR-15, quedando en el sitio 20 cartuchos percutidos.
Enseguida del ataque, y mientras los policías estatales entraban en agonía, los asesinos se dieron tiempo para hurtarles una pistola, y un arma larga, propiedad del estado.
Aunque el hallazgo de los cuerpos se reportó hasta el amanecer, se sabe que la doble ejecución debió darse poco antes de las tres de la mañana, de acuerdo al informe rendido a los medios de comunicación por la Procuraduría de Justicia.
A esa hora de este 20 de diciembre fue cuando se empezó a difundir el doble homicidio, señalando que los cadáveres de las víctimas habían quedado en la citada colonia, a la salida de la carretera 49, que lleva a Zacatecas, y “pasando la farmacia Guadalajara”.
Al parecer fueron ultimados con disparos de R15, a juzgar por los casquillos recogidos por los empleados de criminalística y servicios periciales; aunque en el sitio se levantaron también cartuchos de pistolas de 9 milímetros.
Dada la gravedad de los hechos, al lugar del crimen acudieron poco después de lo ocurrido el director de la Policía Ministerial, José Guadalupe Castillo Celestino, y el director de la Policía Estatal.
El suceso provocó también varios cierres de circulación alrededor del sitio donde fue el ataque, liberándose el tránsito hasta minutos antes de las seis de la mañana.
Este doble asesinato de oficiales de la Policía Estatal refleja un evidente agravamiento de la crisis de seguridad que ya se venía viviendo en el territorio potosino con múltiples homicidios adjudicados al crimen organizado.
Tales ejecuciones, ya casi para cerrar el año, resultan de los más graves, por tratarse de víctimas que pertenecían a una corporación, la Policía Estatal; la cual, por cierto, ha sido de las más cuestionadas en la entidad potosina, al grado que a sus jefes,
traídos de Tamaulipas, diversos actores de la sociedad les han pedido su renuncia.
El suceso resulta además un desmentido a las recientes declaraciones de los jefes policiales, en el sentido de que estaba disminuyendo la seguridad en el estado.
Tales aseveraciones resultan falsas, y no solo son desmentidas por la contundencia de las ejecuciones contra los agentes, sino también por evidencias de que en la localidad están activos algunos grupos del crimen organizado, los cuales se hacen presentes
con mantas donde acusan a los jefes policíacos de la Ministerial de estar en complicidad con el crimen organizado.
